El pabellón Quintiliano fue testigo el pasado viernes 13 de septiembre de 2024, de un partido amistoso que, pese a su naturaleza de pretemporada, fue todo menos una simple prueba. Los equipos del ABQ Calahorra Sénior y el ABQ Calahorra Cadete se vieron las caras en un nuevo duelo interno que dejó claro que la experiencia y la dureza física de los mayores fueron demasiado para la energía juvenil de los cadetes. Con un resultado final de 63-39, los sénior se llevaron el encuentro, pero no sin emplearse a fondo.
Desde el salto inicial, quedó claro que los Sénior no iban a tomarse el partido a la ligera, desplegaron un juego físico, presionando a los jóvenes cadetes que intentaban imponer su ritmo veloz. Los primeros minutos fueron un intercambio de canastas, pero conforme avanzaba el primer cuarto, los sénior empezaron a distanciarse en el marcador, aprovechando su superioridad en el rebote y su dominio en la pintura.
En el segundo cuarto fue más de lo mismo, cada vez que los jóvenes parecían acercarse, la experiencia de los sénior resurgía. Los veteranos supieron cortar el ritmo del rival con duras faltas tácticas y un control del tempo que frustraba los intentos de remontada de los cadetes.
El marcador al descanso reflejaba la lucha de los cadetes, pero también la eficacia de los sénior, que mantenían la ventaja gracias a su juego físico y su fortaleza mental.
En la segunda mitad, el guion se repitió: los sénior continuaron empleando una defensa muy intensa, que en algunos momentos rozaba la dureza y, en algún caso, la violencia. Los cadetes intentaron imponer su ritmo, pero, aunque los cadetes no dejaron de luchar, la diferencia en el marcador se hizo cada vez más amplia. Los sénior controlaron cada faceta del juego: desde la lucha por los rebotes hasta la transición ofensiva, manejando el balón con paciencia y castigando los errores de los cadetes.
El último cuarto fue prácticamente un trámite. Los sénior, con la victoria ya asegurada, bajaron un poco la intensidad, pero mantuvieron el control del partido en todo momento. Los cadetes, por su parte, mostraron orgullo y nunca bajaron los brazos, aunque sus intentos por recortar la diferencia fueron infructuosos.
Al final, el 63-39 del marcador dejó claro que la experiencia y la dureza física de los sénior fueron determinantes en el resultado. A pesar de la diferencia, los cadetes pueden sentirse orgullosos de su esfuerzo, que seguramente les servirá de lección para futuros compromisos.
Este amistoso, más allá del resultado, dejó varios puntos interesantes. Por un lado, los sénior demostraron que están listos para competir, aprovechando su experiencia y fortaleza física para dominar el partido. Por otro, los cadetes mostraron destellos de su potencial, y aunque la derrota fue dura, el aprendizaje que se llevan es invaluable. La pretemporada continúa y este partido dejó claro que el ABQ Calahorra tiene talento en todas sus categorías, listo para afrontar nuevos retos.